lunes, 17 de agosto de 2009

UNA POLENTA COMPETITIVA

El Albergo e Trattoría Milanesa estaba instalado en la esquina de las calles Goes y Cuñapirú que era famoso por una fantástica polenta cuya fama recorría Montevideo. Como recuerdo publicitario para promover la concurrencia, don Gaetán, que era su dueño, había puesto a la entrada del establecimiento un gran cartel que decía: "Al que mangia cuatro platos de polenta, se le sirve uno de premio". El plato era de por sí abundante y según se decía, costaba terminarlo, pero la gula de la gente y la irresistible vocación oriental hacia todo lo gratis, convocaba a muchos comilones. Todos perdían porque el italiano, que era muy ladino, iba llenando más y más los platos a medida que se acercaba la posibilidad del premio. "Sin embargo" - asegura el memorialista- "cierta vez un paisanito petiso, muy delgado, melenudo y con facón en el cinto, comió siete platos sin vacilar. Nunca más se tuvo noticias, pero igual provocó la sincera admiración de don Gaetán que divulgó la hazaña en un pizarrón colocado en la puerta del comercio. Así empezó el pizarrón a pregonar los éxitos de los comedores de polenta.

Extraído de “Los uruguayísimos rituales del comer” – recopilación de César Di Candia.

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