martes, 22 de septiembre de 2009

La leche: de la vaca, a tu mesa

Como ya lo saben, las vacas, por ser mamíferos, producen leche cuando tienen hijos (terneros). Los establecimientos dedicados a la cría de ganado lechero, se denominan "tambos".




El ordeñado de las vacas se hace a máquina, tal como pueden apreciar en las imágenes.









Generalmente, los tambos se ubican cerca de las ciudades importantes, para el fácil traslado de la leche a las plantas pasteurizadoras, ya que este alimento se descompone con facilidad.
Para el traslado de la leche se utilizan los llamados camiones cisterna.

Una vez en la planta, la leche es sometida a un proceso que implica calentar y enfriar repetidamente, para poder matar los microorganismos causantes de las enfermedades. Este proceso se conoce con el nombre de pasteurización, en honor a Louis Pasteur, que fue el primero en utilizarlo, aunque este científico no lo utilizaba en la leche sino en los vinos, para evitar que se corten.
En las industrias lácteas se obtiene además una importante variedad de subproductos de la leche, como el queso, el yogur, la manteca y el tan sabroso dulce de leche.
Más de la mitad de la leche producida en el país proviene de departamentos cercanos a Montevideo como Canelones, San José y Florida; así como zonas rurales de Montevideo. En menor escala se produce leche en las zonas vecinas de Flores, Durazno, Lavalleja, y Maldonado.

Un dato interesante: (Fuente: http://www.ecoactualidad.com/)
Ya hay seis tambos del sur de nuestro país que aprovechan la materia fecal de sus vacas para convertirla en energía (biogás) y biofertilizante (un abono orgánico).
El biogás es un combustible que se obtiene de la fermentación bacteriana de residuos orgánicos.
Para ello, dos veces al día, después de ser ordeñadas y alimentadas, las vacas permanecen en un corral con piso de hormigón durante más de una hora.
Luego de retirado el ganado, se junta el excremento y se deposita en un recipiente en donde se mezcla con agua (la proporción es de unos 20-25 kilos de excremento vertidos en 100 litros de agua). La mezcla se revuelve para luego depositarla en el biodigestor (zanja cubierta con un plástico negro, dentro de un invernadero, donde la materia orgánica se degrada y se convierte en biogás). El gas sale desde el biodigestor a través de unos tubos hacia la quesería. Los desechos que no se convierten en gas caen en un estanque donde luego con una máquina (la estiercolera) son recogidos y esparcidos en el campo como fertilizante natural.

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